martes, 12 de junio de 2012
CLASE DEL 23 DE ENERO DE 1974
“EL PODER PSIQUIÁTRICO”
Michel Foucault
En esta clase, el objetivo principal de Foucault es tratar de establecer la relación entre la verdad y el poder en torno a la psiquiatría. Para Foucault la verdad como efecto del poder no le pertenece a un solo sujeto, sino que corresponde al conjunto de relaciones de fuerza que se dan entre los hombres.
Foucault comienza exponiendo los tres elementos principales para el discurso de verdad en la psiquiatría que son el interrogatorio y confesión, el magnetismo y la hipnosis y el uso de drogas. No obstante señala que estas técnicas son ambiguas por las siguientes razones: el interrogatorio sujeta a los individuos a identidades ya establecidas o fijadas de antemano, el magnetismo es un elemento con un alto grado de subjetividad y el uso de drogas sólo sirve para amansar al individuo.
Asimismo estas técnicas resultaban dudosas porque buscaban un sujeto coherente que obedeciera la norma pero contradictoriamente eran procedimientos que sujetaban al individuo a un estado de locura. Estos tres elementos conllevaban consigo cierta cuestión de verdad, por lo que fracturaron el sistema disciplinario de la psiquiatría ya que no sólo debía preocuparse por el poder, sino ahora también por la verdad.
Es importante destacar que para este autor verdad no quiero decir el conjunto de cosas verdaderas que hay que descubrir o aceptar, sino es más como un conjunto de reglas según las cuales se discrimina lo verdadero de lo falso siempre con ciertos efectos de poder. Foucault comienza entonces una discusión sobre qué es la verdad y como ha evolucionado a lo largo de los tiempos. Presenta, además, dos tipos de verdad como la verdad demostración y la verdad acontecimiento.
La verdad demostración es una constate, descrita también como verdad científica; mientras que la verdad acontecimiento es una que no se encuentra con facilidad que sólo ciertas personas encuentran y es una verdad que no se constata. No obstante, estos dos tipos tipos de verdad se relacionan de tal modo, que una surge de la otra. Además menciona las verdades rito que para él son las que en realidad dan paso a la verdad demostración o científica, ya que entiende el proceso científico como un ritual donde el sujeto de conocimiento no descubre la verdad, sino la produce. Una vez producidas las verdades rito, entra la verdad científica que debe constatarlas, demostrarlas y explicarlas.
Foucault menciona que existen dos procesos por los que se da paso de una verdad a otra, uno que cubre todo con la verdad científica e incluye los elementos políticos de la investigación como el testimonio, las instancias de verificación y la superposición de información; y el otro proceso resulta algo contradictorio ya que afirma que nadie puede alcanzar la verdad.
Entonces Foucault con sus aseveraciones sugiere que las ciencias nacen de la comprobación de la verdad acontecimiento (o científica) por medio de la verdad demostración. Pero no lo considera así para la psiquiatría. La razón es que a diferencia de las prácticas médicas, que se organizaron y desarrollaron en torno a la crisis, la psiquiatría trabaja a un nivel interior de los síntomas, en donde decide si hay locura o no. El autor entiende crisis en este respecto como el momento de batalla entre el médico y la enfermedad. Para él, el médico es sólo un árbitro entre la enfermedad y la naturaleza, ya que no es él el que cura pero sí el que prevé la crisis y evalúa las fuerzas que se enfrentan, a fin de modificar un poco el juego de poder y hacer triunfar a la naturaleza.
Esta crisis que mucho sirvió para el desarrollo de las ciencias médicas se descarta en los hospitales psiquiátricos por diversas razones. La primera es que el hospital funciona como un sistema disciplinario que conlleva cierto orden, y representa un espacio en el que obviamente no cabe la locura. La segunda es porque la locura sólo puede estar en los nervios o el cerebro de los individuos y no en lo que dicen. La tercera es que establece una relación entre la locura y el crimen, concibiendo a éste último como síntoma de una enfermad que en esencia es el propio crimen.
En esta línea, la relación locura-crimen daría paso a que se fundará el poder psiquiátrico no con base en la verdad sino en la protección para la sociedad, en la protección contra los locos propensos a ser criminales. En psiquiatría, el poder del médico radica en el límite entre locura y cordura o de la verdad y la mentira, por lo que esta disciplina va en contra de la demostración.
Un hospital psiquiátrico considera la locura como la verdad, ya que permite darle realidad. Por tanto, se podría decir que los hospitales psiquiátricos no suprimen la locura sino la fomentan debido a que necesitan tener así al enfermo para poder suprimir sus síntomas.
En conclusión, la psiquiatría es una disciplina totalmente diferente a las demás ciencias en medida que su verdad supone la locura o irrealidad de los sujetos. El autor trata de enfatizar que el crimen es resultado de un individuo en estado de locura, estado que es imposible curar como cualquier otra enfermedad, pero del cual sí se pueden minimizar los síntomas.
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