lunes, 30 de enero de 2012
Paul Henri Spaak (1899-1972)
La dilatada carrera política del belga Paul Henri Spaak puede sintatizarse como la de un estadista europeo.
Mintiendo sobre su edad, fue reclutado en el ejército belga durante la Primera Guerra Mundial y pasó dos años como prisionero de guerra. En la Segunda contienda, esta vez como Ministro de Asuntos Exteriores, intentó en vano mantener la neutralidad de Bélgica. Junto con el Gobierno partió al exilio, primero a París y más tarde a Londres.
Tras la liberación de Bélgica, Spaak volvió al Gobierno y ocupó los cargos de Ministro de Asuntos Exteriores y Primer Ministro. Ya durante la guerra había formulado planes para una unión de los países del Benelux, e inmediatamente después hizo campaña en pro de la unificación de Europa, apoyando la Comunidad Europea del Carbón y del Acero y una comunidad europea de defensa.
Para Spaak, unir los países mediante tratados vinculantes era la forma más eficaz de garantizar la paz y la estabilidad. Contribuyó a lograr estos objetivos siendo Presidente de la primera sesión plenaria de las Naciones Unidas (1946). En 1950, fue elegido presidente del Consejo de Europa, y dos años después de la Asamblea parlamentaria de la CECA. Entre el 9 de julio de 1955 y el 20 de abril de 1956, presidió el Comité Spaak, que establecería las bases de la futura Comunidad Económica Europea, así como de la Comunidad Europea de la Energía Atómica. También fue Secretario General de la OTANentre 1957 y 1961.
Spaak fue una de las personalidades que redactaron el Tratado de Roma. En la llamada “Conferencia de Mesina” de 1955, los seis Gobiernos participantes le nombraron Presidente del comité de trabajo encargado de ello.
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